No existe una "única solución" para resolver conflictos. La interacción entre el agresor, la víctima y el mediador dependerá de la combinación de sus características personales y la naturaleza del conflicto. Aunque no puedes controlar a los demás, es muy útil conocer tus propias fortalezas personales para aprovechar al máximo tu carácter al abordar un conflicto. Piensa en Gandhi y Kennedy: personas distintas, estilos diferentes de resolución de conflictos.
El concepto de fortalezas personales fue desarrollado por los psicólogos Martin Seligman y Christopher Peterson, en colaboración con el Instituto VIA sobre el Carácter, fundado por Seligman y Neal Mayerson, utilizando el Inventario VIA de Fortalezas para identificar estas cualidades. Este inventario ayuda a las personas a reconocer sus rasgos positivos y aplicarlos para mejorar su vida y bienestar emocional. Las 24 fortalezas identificadas han sido estudiadas en diversas culturas y están vinculadas al bienestar general, influyendo en aspectos como la satisfacción laboral y la salud psicológica en enfermedades crónicas. Al centrarse en estas fortalezas, las personas pueden manejar mejor los desafíos, incluida la resolución de conflictos.
Las 24 fortalezas personales se dividen en seis categorías amplias de virtudes: sabiduría, valentía, humanidad, justicia, templanza y trascendencia. Cada virtud abarca varias fortalezas personales que reflejan rasgos y cualidades positivas. Estas virtudes y sus correspondientes fortalezas ayudan a las personas a cultivar el conocimiento, las relaciones interpersonales, la resiliencia emocional y un sentido más profundo de significado en la vida.
La sabiduría se refiere a la virtud que permite a las personas adquirir conocimiento y usarlo de manera creativa y efectiva. Las personas con fortalezas en sabiduría destacan en reflexionar sobre las situaciones y explorar nuevas formas de abordar los desafíos. Las fortalezas clave en esta categoría incluyen la creatividad, que implica pensar en formas innovadoras de resolver problemas; la curiosidad, que refleja un amplio interés por muchos temas; la mente abierta, o la capacidad de examinar los problemas desde múltiples perspectivas; el amor por el aprendizaje, que es el dominio de nuevos temas y habilidades; y la perspectiva, que implica ofrecer consejos sabios y ver el mundo de manera sensata.
El coraje es la virtud asociada con la resiliencia emocional y la capacidad de enfrentar dificultades u oposición mientras se trabaja hacia los objetivos. Las fortalezas de carácter vinculadas al coraje incluyen la honestidad, que es la práctica de hablar con verdad y ser genuino; la valentía, que implica enfrentar desafíos y amenazas sin retroceder; la persistencia, que es la determinación para completar tareas a pesar de los obstáculos; y el entusiasmo, que se refiere a abordar la vida con energía y entusiasmo.
Humanidad es una virtud centrada en cuidar y conectar con los demás. Aquellos que tienen fortalezas en humanidad poseen habilidades interpersonales que fomentan la amabilidad y la compasión. Las fortalezas clave de carácter en esta área incluyen la amabilidad, que implica hacer buenas acciones por los demás; el amor, que enfatiza valorar las relaciones cercanas con las personas; y la inteligencia social, que es la conciencia de las emociones y los motivos de los demás.
La justiciarefleja fortalezas cívicas que promueven un sentido de equidad y el bienestar de la comunidad. Las personas que encarnan la virtud de la justicia están comprometidas con la igualdad y el trabajo en equipo. Las fortalezas clave en este grupo son la equidad, que implica tratar a todos por igual; el liderazgo, que es la capacidad de organizar y guiar actividades grupales; y el trabajo en equipo, o la habilidad de trabajar eficazmente con otros en un entorno colaborativo.
Templanza es la virtud de la autodisciplina y la moderación, ayudando a las personas a protegerse del exceso. Las fortalezas de carácter asociadas con la templanza incluyen el perdón, que implica dejar ir el resentimiento hacia aquellos que han causado daño; la modestia, o permitir que los logros hablen por sí mismos sin buscar atención; la prudencia, que es la capacidad de tomar decisiones cautelosas y reflexivas; y la autorregulación, que se refiere a la disciplina en controlar las emociones y los impulsos propios..
La trascendenciaes la virtud que ayuda a las personas a conectarse con un propósito superior, ya sea a través de la espiritualidad, la religión o un sentido de asombro y gratitud. Las fortalezas en la trascendencia incluyen la apreciación de la belleza, que implica reconocer y valorar la belleza y la excelencia en el mundo; la gratitud, que es la práctica de expresar agradecimiento por las cosas buenas de la vida; la esperanza, que refleja la creencia de que las cosas buenas son posibles y el compromiso de hacer que sucedan; el sentido del humor, que implica llevar alegría y risa a los demás; y la religiosidad, o la creencia en un significado y propósito superior en la vida.
Cada una de estas virtudes y sus fortalezas relacionadas desempeñan un papel significativo en el desarrollo personal, guiando a las personas hacia una vida llena de propósito, resiliencia y relaciones positivas.
Referencias: